16 de enero de 2020
Noticia publicada por Cristina Viu (La Voz de Galicia – CARBALLO - 09/01/2020)
“ El objetivo del centro especial de empleo de Carballo es ofrecer un sueldo digno y estabilidad laboral a discapacitados intelectuales de Bergantiños
La limpieza de los edificios públicos de Carballo, los palés de la refinería coruñesa de Repsol, las molduras de yeso de las tiendas de Carolina Herrera o la reparación de los contenedores de Isidro de la Cal son solo algunos de los trabajos de los que se ocupan los ahora 64 empleados del centro especial de empleo de Aspaber, que acaba de cumplir veinte años, por los más de 40 que tiene la institución que lo acoge, una asociación de padres de adultos con discapacidad intelectual de la comarca de Bergantiños.
Aspaber facturó en el 2018 un total de 744.911 euros, pero la directora, María Dolores Fernández, valora no solo la cantidad de trabajadores, sino la estabilidad del empleo e incluso el hecho de que desde el 2000 hayan perdido operarios en favor de empresas convencionales y, sobre todo, la confianza de las compañías a las que prestan servicios, desde pequeños ayuntamientos hasta multinacionales.
Entre servicios y talleres se mueve este centro de empleo al que hace apenas dos semanas se han sumado diez trabajadores más procedentes de la formación dual, uno de los proyectos educativos de Aspaber para este año, que se completa con un programa europeo para conseguir que los alumnos con discapacidad intelectual consigan algún tipo de titulación.
La concesión de la limpieza viaria en Carballo, Malpica y A Laracha, obtenida en concurso público, es uno de los principales sustentos del centro especial de empleo. Ocupa a treinta personas, a las que hay que añadir otras 19 del mantenimiento de edificios públicos que ganaron también en Carballo.
En los talleres lo habitual es trabajar por encargo, en las modalidades de escayola, carpintería y manipulado, las tres especialidades que mantienen desde hace 20 años. Ahí sí juega la confianza de las empresas y en ese campo sí tienen una estabilidad envidiable, basada en la confianza.
Pero nada es eterno. Hay mucha competencia y mantener a los clientes es, en ocasiones, complicado, por lo que conviene renovarse. Así lo han hecho en Aspaber con la puesta en marcha de un taller de soldadura de polipropileno, en el que trabajan para compañías que utilizan contenedores de este material como Serval o Isidro de la Cal. Ahora quieren ir más allá de la simple reparación de los depósitos de plástico y se han embarcado en un proyecto de economía circular para recuperar el hilo con el que hacer las soldaduras. Reciclar el plástico y reparar antes que tirar los ha convertido en titanes del medio ambiente y su propuesta quedó finalista en los premios de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, en los que participaban proyectos de toda España.
También tienen una iniciativa con las cofradías de pescadores y realizan encargos incluso para empresas de ocio activo, porque el polipropileno también es el material del que están hechos los kayaks.
En carpintería, el trabajo principal es la fabricación de palés para grandes empresas como Repsol o Calvo, pero también la reparación de mobiliario urbano en Carballo, ya que la actividad forma parte de la concesión de limpieza urbana.
El taller de escayola se centra en la demanda de las tiendas de Carolina Herrera, pero el de manipulado tiene más clientes y de procedencia más variada, desde Saika Pack de Cerceda, que se dedica al cartonaje para el embotellado de vino, hasta La Voz de Galicia, para la que han hecho, entre otros, los envíos de Voz Natura para los centros educativos.”